Desde que empezamos en este mundo del autocaravarismo la gente me pregunta muy a menudo por los viajes que hacemos. Ahora intento disimularlo o contenerme un poco, pero en muchas ocasiones lo cuento con una pasión que acaba llamando la atención a la gente. Y en muchos casos acaba con la misma pregunta.
¿Por qué te gusta tanto viajar en autocarava?.
Revisando y archivando las fotos de uno de nuestros últimos viajes (al Monasterio de Piedra) ví una que me llamó mucho la atención. Mi forma de viajar no es la de ir a los sitios a hacer fotos, verlos a través de una pantalla y luego conocerlos en casa a través de las fotos. A nosotros nos gusta vivir y sentir los sitios que visitamos y el objetivo de las fotos que hacemos es intentar captar momentos. Y con esa foto lo llegué a conseguir, fue verla detenidamente y llevarme a las sensaciones de ese momento.
Reflexionando sobre la foto me dí cuenta que esa foto podía expresar muy claramente la respuesta a la repetida pregunta de por qué me gusta tanto viajar en autocaravana.
La foto en si misma tiene mucho que decir: un atardecer increible en una tarde muy fría en una carreterita comarcal de Soria, en mitad de un campo de aerogeneradores que llenan el ambiente del sonido bufante de sus inmensas aspas impulsadas por la brisa invernal.
Lleno de colores rojos y rosas que desprende el Sol como intentando evitar esconderse en el horizonte bañan a la Bicha haciendo un efecto de continuidad sobre el chasis y las ventanas. En frente la carretera iluminada por los faros de la Bicha, al fondo un molino muestra su silueta entre el incendiado cielo. A la izquierda el frío campo invernal, a la derecha la familiar silueta de tu casa rodante, dentro el calor y el olor conocido de tu burbuja hogareña.
Por si fuera poco, esa fotografía tiene un contexto: de donde vienes, el recorrido y visitas que has hecho durante el día, y tu destino, donde te lleva esa sinuosa y pequeña carretera por la que se mueve tan ágil la Bicha, el lugar donde vas a dormir esa noche.
El contexto de esa foto en concreto es:
Amanecer
Amanecimos en un mirador junto al Embalse de la Tranquera. Llegamos ya de noche buscando un lugar tranquilo donde dormir. Al día siguiente queríamos visitar el Monasterio de Piedra.
Desde aquí quiero destacar la importancia de cumplir las normas. Nunca pernoctamos en lugares no permitidos y nunca acampamos para dormir a no ser que estemos en un camping o un área de autocaravanas que lo permita de forma explícita.
Al amanecer al día siguiente y mirar por la ventana nos maravillaron las vistas que teníamos al embalse envuelto en brumas. Nos encantó ver como lo que parecían ramas de árboles que salian del agua eran en realidad hilos de vapor de agua que formaba la niebla y que daba la sensación de un bosque fantasmal que salía del agua.
El desayuno fue espectacular.
Visitas
Durante el día visitamos el Monasterio de Piedra y sus impresionantes cascadas y el Barranco de la Hoz Seca con sus paisajes rocosos y escarpados, el pintoresco Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de Járaba colgada de una pared del cañón y sus pinturas rupestres.
Noche
Cuando tomé la foto de ese espectacular atardecer que nos encontramos en pleno viaje, recorríamos una carreterita en mitad de Soria con destino a Medinaceli, lugar donde nos gusta mucho pernoctar cuando estamos cerca (aquí puedes ver un viaje de fin de semana a Medinaceli).
Y por eso esta foto representa por qué me gusta tanto viajar así. Vivir días como estos es un privilegio, y es algo que nos pasa mucho viajando con la Bicha.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Bicha on the road (@labichaontheroad)